Mapoula

Historia de Mapoula:

Me llamo Mapoula, tengo once años y vivo en Galicia. A mis padres les gusta llamarme así, porque fue la primera palabra que pronuncié con claridad, además, les pareció un nombre simpático y les recuerda a una de sus flores favoritas. Cuando tengo que ir al colegio, vivo en la ciudad y, cuando estoy de vacaciones, el tiempo lo reparto entre el pueblo de montaña de mi madre y el pueblo pesquero de mi padre. Mi madre es enfermera en un hospital y no tiene un horario fijo de trabajo, y mi padre tiene un taller que repara las barcas de madera de los pescadores.

Tiene la suerte de adaptar su horario a la cantidad de trabajo que tenga y puede hacer las cosas que le gusta. Tengo dos hermanos de 15 y 16 años, que me cuidan, pero sus juegos y amigos son diferentes a los míos. Cuando estoy en casa, mi perro Noite, me acompaña en todo momento, por supuesto soy yo la que la que me encargo de que salga a pasear un mínimo de 3 veces al día, duerme a los pies de mi cama, me acompaña en el baño, y cuando juego o estudio siempre está conmigo.

Soy una niña sociable, hago amigos con facilidad y me chifla todo lo relacionado con la naturaleza y la moda. Mi familia me dice que cuando sea adulta, voy a trabajar de diseñadora y que me voy a hacer mi propia ropa. En Navidades, Reyes y cumpleaños, siempre pido algo nuevo y diferente para el taller, tijeras, agujas, telas, hilos, libros, revistas de moda, e incluso alguna biografía de algún modisto famoso. Mis padres, se sorprenden de lo que soy capaz de hacer, de mi habilidad con el lápiz para diseñar prendas tan diferentes; de mi precisión con la tijera, las agujas y la forma de combinar las telas, dicen que tengo un don. Ya no saben donde almacenar todo las prendas que hago.

Para mí, hacer moda es un juego, mis amigos me piden continuamente que les diseñe alguna prenda. Lo hacemos todo juntos, dibujamos, elegimos telas, compramos hilos, colores y nos ponemos a cortar, coser y reír. Todo el tiempo que dura el juego es genial, pero el momento más emocionante, es ese instante en que hemos terminado, se prueba la prenda y comprueba que sueño se ha convertido en realidad.

Lo que más me gusta diseñar son sombreros y lo más difícil es el calzado, el resto, me sale con facilidad, me concentro en lo que hago y como me gusta trabajar, me resulta sencillo.

Mi habitación es pequeña, y se parece más a un taller que a un dormitorio infantil, menos mal que soy ordenada, tengo tantas herramientas y telas, que cuando me pongo a crear, tengo que transformar la cama en mesa auxiliar. Espero que te guste el trabajo que hice para ti, si quieres contarme algo, darme tu opinión sobre mis vestidos.

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