En Habitar las Formas nos gusta construir juguetes de madera que presenten cualidades educativas y estimulen el desarrollo evolutivo de nuestros pequeños. Hoy queremos recomendaros nuestros 5 mejores juguetes para la psicomotricidad infantil y os comentaremos por qué son tan importantes para nuestros niños.
¿Por qué debemos adquirir juguetes para la psicomotricidad infantil?
En Habitar las Formas procuramos poner nuestra vocación artesanal al servicio de la infancia. Por eso solo construimos juegos y juguetes educativos que sean fundamentales para el desarrollo saludable de los más pequeños. Un ejemplo de ello son nuestros juguetes para la psicomotricidad infantil.
Juguetes de madera que incentivan el juego libre en consonancia con el desarrollo del área sensorial-motriz. Su finalidad es que los niños incrementen su aprendizaje y sus habilidades intelectuales mientras explora el mundo jugando.
Sin duda, siempre resulta muy recomendable que en los contextos domésticos se ayude a los niños en su proceso evolutivo integral desde temprana edad. Un área importante del desarrollo integral se centra en la psicomotricidad; esa íntima relación que establece entre las facultades cognitivas, sensoriales, motrices, emocionales y sociales de las personas.
Sin embargo, la infancia es la etapa del desarrollo humano donde se consolida gran parte de las aptitudes y capacidades de los individuos. Principalmente en lo que a aprendizaje y adaptación se refiere. De ahí que se revele tan necesario realizar acciones que promuevan la estimulación psicomotriz de los niños. ¡Y un modo muy interesante y atractivo para ellos es mediante juegos que favorezcan la exploración, el movimiento y el uso de todos sus sentidos!
Ahora bien, ¿qué implica la psicomotricidad y cómo podemos ayudar a nuestros pequeños a mejorarla con los juguetes que elaboramos en Habitar las Formas? ¡Sigue leyendo, que te lo explicamos en detalle!
¿Qué es la psicomotricidad?
La psicomotricidad alude a la estrechamente relación que existe entre la movilidad y las facultades cognitivas o psicológicas del individuo. Así, nuestros movimientos y la interacción que realizamos con el entorno incide en nuestra psique, en la expresión, la creatividad y nuestro mundo emocional. Asimismo, nuestra autoestima, autoconcepto o personalidad está influida por el contacto que tenemos con el mundo material y las relaciones que establecemos.
En este sentido, un sano desarrollo de la psicomotricidad conduce a aprender a regular las emociones, integrar los conocimiento adquiridos y optimizar la capacidad de adaptación al entorno. En el caso de los bebés y los niños supone ir tomando conciencia de su cuerpo, del espacio que ocupa en el ambiente y cómo se desenvuelve en él.
Entonces, a través de la manipulación de los objetos y la exploración del entorno, el niño va utilizando su cuerpo como medio para nuevos aprendizajes. Y a mayor cantidad de aprendizajes, mayor será su desarrollo cognitivo y su plasticidad neuronal.
Entre las habilidades que se adquieren o se trabajan a través de la psicomotricidad destacan:
- El dominio del cuerpo y los conocimientos que aprende mediante la relación entre éste y los objetos. Por ejemplo, cuando se practica la puntería o la organización de los objetos en el espacio.
- El equilibrio o la capacidad de mantener la estabilidad mientras acomete otras actividades. Como es el caso de mantener el equilibrio sobre un objeto sin tocar el suelo.
- La lateralidad, que viene definida por el hemisferio cerebral que domine nuestros movimientos. En consecuencia, el niño dominará con más soltura un lado de su cuerpo que otro, como sucede al realizar actividades manuales como escribir.
- Los reflejos o reacciones corporales como respuesta a factores externos. Un ejemplo de ello es la reacción espontánea que tenemos al movernos para evitar que nos golpee o chocar un objeto.
Tipos de psicomotricidad
Asimismo, existen dos tipos de psicomotricidad, según el grupo de músculos que utilice el niño para realizar una acción. No obstante, conviene estimular ambas de forma integrada.
Psicomotricidad gruesa: abarca todo el cuerpo (cabeza, tronco, espalda, extremidades inferiores y superiores). Por tanto, se trata de la coordinación de todas la corporalidad. De ella depende el desarrollo cognitivo, la comunicación, la adquisición del lenguaje y las habilidades sociales para interactuar con el entorno y socializar con los demás.
La exploración del propio cuerpo y de sus movimientos, y el descubrimiento y la adaptación al ambiente, se logran gracias a la psicomotricidad gruesa. Además de participar en acciones como: levantar la cabeza, gatear, andar, incorporarse, mantener el equilibrio, darse la vuelta, etc.
Psicomotricidad fina: que se refiere a las parte corporales pequeñas (manos, dedos, pies y cara) y los movimientos precisos que se hacen con ellas. Trabaja la destreza manual o la coordinación ojo-mano, el movimiento ocular, de la lengua, de los dedos, sonreír. También el hacer nudos o atarse el calzado, manipular los objetos, escribir, recortar, etc.
Por consiguiente, podemos decir que el cuerpo se convierte, en la infancia, en vehículo e instrumento de exploración, interacción y comunicación. En definitiva, de aprendizaje. Y cuanto más ayudemos al niño a desarrollarlo en todo su esplendor, más se estimularan sus facultades corporales, cognitivas, psicosociales y emocionales.
La función de los juegos y juguetes para la psicomotricidad infantil
En efecto, el desarrollo de la psicomotricidad conlleva simultáneamente el desarrollo de la dimensión corporal, mental y el social o afectiva. Esto es, el desarrollo en todas estas áreas sucede de modo equilibrado, a la par. Sin embargo, que los pequeños cuenten con materiales pedagógicos, como son los juguetes Montessori, Waldorf o Pikler, les permitirá afianzar su imagen corporal. Y con ella, la conformación de una identidad y autoestima más sana y apropiada a cada fase de su evolución bio-psico-social.
Así, los juguetes educativos como los que ofrecemos en Habitar las Formas, están expresamente diseñados para favorecer la psicomotricidad infantil y la autonomía personal. Con ellos, los padres y las madres podemos acompañarlos y reforzar su desarrollo, sin impedir que el pequeño se convierta en agente activo de su propio conocimiento. O, si se quiere, del conocimiento del entorno que le rodea a través de sus movimientos y su presencia corporal.
En este aspecto, la actividad motriz estimulada por el juego libre les proporciona un aprendizaje integral y placentero. De ahí que sea tan relevante poner a su alcance juguetes que cumplan una función pedagógica y que inspiren al juego simbólico. Ya que les permite a los niños aplicar su imaginación y creativa y los sitúa como protagonistas de su propio desarrollo motor. Es decir, el niño adquiere nuevos conocimiento de forma lúdica, vivencial y activa, según sus propias necesidades, intereses y motivaciones.
Los juguetes inspirados en las filosofías pedagógicas de Montessori, Waldorf o Pikler son los más aconsejables en la infancia. Porque ofrecen juegos de construcción o juguetes de una única de pieza que favorecen su actividad psicomotriz y respetan el juego libre de los más pequeños.
5 Juguetes para la psicomotricidad que encontrarás en nuestro catálogo
Ahora sí, una vez que entendemos la importancia del desarrollo de la psicomotricidad y todas las dimensiones del ser que implica, es momento de ocuparnos de los juguetes. En realidad, la inmensa mayoría de los artículos que construimos en nuestro taller artesanal cumplen una función de optimización de la psicomotricidad infantil. No obstante, en esta ocasión, te recomendamos 5 juguetes para la psicomotricidad que nos parecen sumamente interesantes.
1- El Balancín
Este precioso Balancín multicolor estimula la coordinación y el equilibrio de los niños con su armonioso balanceo. Además, le ayuda a fortalecer su musculatura y su equilibrio; así como sus colores, llenos de vitalidad, estimulan sus sentidos.
Con el Balancín, el propio menor es quien decide cómo utilizarlo, ya que promueve el movimiento libre y el juego simbólico. Puede treparse sobre él, deslizarse a modo de tobogán, combinarlo con otros juguetes, etc.
2- El Triángulo Pikler
Se trata de un juguete ideal para fomentar la autonomía y el movimiento libre de los más pequeños. Gracias a su estructura, el propio niño aprende a moverse, incorporarse, mantener el equilibrio y adoptar posturas que le permitan libertad de movimiento.
De esta manera, el uso del Triángulo Pikler promueve su confianza, la exploración segura del entorno con su propio cuerpo y el ejercicio de la psicomotricidad fina y gruesa. Y, por supuesto, puede convertir al Triángulo en lo que su imaginación desee, porque es un juguete que inspira el juego libre.
En Habitar las Formas lo encontrarás en su versión de Triángulo fijo o convertible. También hemos diseñado una rampa como complemento añadido. Así, el niño podrá utilizar el Triángulo Pikler como tobogán, para realizar pequeñas escaladas o ejercitar el equilibrio en superficies inclinadas.
3- La Tabla Curva Montessori Wave
Uno de los nuestros juguetes para la psicomotricidad más demandados. La Tabla Curva Wave es ideal tanto para bebés mayores de 6 meses como para niños de primaria. Se trata, como su nombre indica, de una tabla curva de madera que estimula el gateo, el balanceo, el mantenimiento del equilibrio y el juego libre de los niños.
Potencia la motricidad tanto gruesa como fina, la coordinación manual-ocular, el ritmo y el control de equilibrio y el espacio. En suma, fortalece los músculos y desarrolla los sentidos de los más pequeños. Asimismo es un juguete terapéutico fantástico para trabajar los trastornos del lenguaje; el déficit de atención; el autismo y algunas discapacidades físicas.
En nuestro catálogo disponemos de diversos tipos de Tabla Curva Montessori: con filtro, sin filtro, con atractivas ilustraciones,… Y también, construimos un soporte para ella que la convierte en una silla original y divertida.
4- La Torre Rosa Montessori
La Torre Rosa se trata de un juego de construcción compuesto por 10 cubos de diversos tamaños, peso y volumen. Fenomenal para promover la psicomotricidad fina de los más pequeños y aprender a discernir entre las dimensiones del mundo físico.
Así, al realizar diferentes construcciones uniendo libremente cada cubo de la Torre Rosa, el niño desarrollar diferentes habilidades. Entre ellas destacan: la noción espacial, el pensamiento lógico y su destreza para construir estructuras equilibradas.
Asimismo, invita al juego libre para dar rienda suelta a la creatividad. Así como potencia la sensibilidad de sus sentidos, gracias a la información sensorial que le trasmiten las piezas.
5- El Arco iris Waldorf
¡Un clásico dentro de los juguetes educativos! El Arco iris Waldorf es un juguete fascinante compuesto por numerosas piezas semicirculares de diferentes tamaños y colores. Al ser un juego de construcción o de piezas apilables favorece mucho la psicomotricidad fina de los niños.
Pero también provoca una experiencia sensorial y creativa única para ellos. Lo cual les ayuda a consolidar su nuevos conocimientos y a fortalecer su desarrollo cognitivo.
Al consistir en un juego simbólico ofrece múltiples posibilidades lúdicas. Como juego de construcción, le permite al niño aprender a su ritmo, aprendiendo de sus errores. De hecho, el Arco iris Waldorf desafía a los niños a encontrar un orden armónico y equilibrado en las construcciones que cree con él.
En Habitar las Formas contamos con Arco iris Waldorf de diversos formatos y colores, como verás en nuestro catálogo. Como el Arco iris Waldorf clásico, Pequeño, Sensorial o el Arco iris Sun.
Hasta aquí llega nuestro primer listado de juguetes para la psicomotricidad, esperamos que haya sido de interés y utilidad. Todos ellos y muchos más juguetes pedagógicos los encontrarás en nuestro taller artesanal y nuestra tienda online. Además, te recordamos que puedes personalizar los juguetes a tu gusto. Consúltanos sin compromiso.
Un último consejo a la hora de elegir juguetes para favorecer la psicomotricidad infantil
Aunque los pedagogos consideran que la etapa de la educación infantil (0 – 6 años) es la más adecuada para estimular la psicomotricidad ; es aconsejable trascenderla. Sin duda, en esos años, principalmente de los 3 a los 6, los niños desarrollan física y madurativamente su cuerpo y absorben mejor todo aprendizaje experimental. Pero también es cierto que cualquier momento del ciclo vital puede ser bueno para ejercitar la psicomotricidad.
Asimismo, debemos tener en consideración siempre que cada niño es un ser bioindividual, con sus propias necesidades y niveles de evolución. Por tanto, no siempre la edad es un indicativo irrevocable, y somos los progenitores quienes hemos de procurarle al niño los juguetes que mejor se adapten a él. ¡En la tienda de Habitar las Formas seguro que encuentras el juguete más idóneo para tu pequeño!
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Mendieta Toledo, L. & al. (2017). Psicomotricidad Infantil. Recuperado de https://bit.ly/3gxB2ab
- Serrano, R. M. & al. (2018). Descubrir el mundo con el cuerpo en la infancia. La importancia de los materiales en la psicomotricidad infantil. Retos: nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación, (34). Recuperado de https://bit.ly/3vh6s91
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